Las Bellezas de Galicia, Juan Gil Cañellas

Dedicada a mi abuela, sin ella no habría sido posible.

Las colecciones de cromos son habituales desde 1950 gracias a la popularización de los espectáculos deportivos y como entretenimiento para los más jóvenes de la casa, pero antes de la Guerra Civil Española también se produjeron colecciones que poco o nada tienen que ver con los cromos actuales.
La portada del álbum reproduce un gravado de la catedral de Santiago vista desde el paseo de la Alameda de la ciudad. En las esquinas se encuentran los escudos representando a las cuatro provincias gallegas con A Coruña y Lugo en las esquinas superiores y Ourense y Pontevedra en las inferiores. 
Las Bellezas de Galicia se comercializó en 1926 de la mano de fotografías de diversos fotógrafos locales que aportaron principalmente fotos de su zona. Por desgracia en el libro no se menciona detalladamente la autoría de las fotos, sino de una forma genérica por zonas, aunque muchas de ellas se encuentran también disponibles a través de postales. 
Esta colección estaba integrada en una estructura a nivel nacional con más provincias y un número considerable de fotografías. Posteriormente en 1966 hubo una continuación con imágenes en color y una estructura similar, mostrando los principales pueblos, monumentos, ríos y puertos. 
Vista del puerto de Betanzos, en este caso se aprecia
el puente sobre la ría y túnel del ferrocarril a Ferrol.
Este recopilatorio en concreto tiene una interesante colección de imágenes pocas veces vista o publicada desde el punto de vista ferroviario. La encuadernación es en formato apaisado y de tapa dura de cartón cosida con tela que recubre la unión grapada de las hojas interiores. 
En el interior hay dos tipos de hoja, de papel blanqueado para la presentación, agradecimientos e información sobre autoría y colecciones, y de papel grueso acartonado donde están impresos las zonas para colocar los cromos.
Tras completar la colección, uno se puede maravillar con las antiguas orillas de las Rías Baixas o con las escenas más rurales del interior que tras 90 años son casi irreconocibles. Sin embargo el propósito de este artículo no es hacer un comentario sobre todo el libro, sino realizar un paseo por la Galicia de entre guerras de la mano de las fotografías ferroviarias que aparecen en él. Desde el punto de vista del ferrocarril, éste se mantiene generalmente en un plano secundario al no protagonizar ninguna serie temática. En ocasiones se aprecian tramos de líneas como la Palencia-Coruña o el Redondela-Pontevedra en sus tramos cercanos a las rías. 
Una de las obras más singulares del Monforte-Coruña
y de la ciudad de Lugo es el puente sobre el regato de A
Chanca, atravesado en este caso por un mercancías. 
También aparece como elemento secundario en instalaciones portuarias como en el puerto de Betanzos o el de Vigo.
Un capítulo destacable dentro del álbum es la serie de puentes, desglosada en dos capítulos para puentes antiguos y modernos. El primero se centra en puentes carreteros anteriores a los siglos XIX-XX y el segundo en estructuras más recientes y de materiales más novedosos como el hierro. En el caso de los últimos aparece una amplia serie de puentes de ferrocarril, pasando por dos de los más conocidos y construidos por MZOV, el puente de Redondela en su línea Vigo - Ourense y el puente sobre el Miño en la línea internacional. A continuación detallaremos de forma breve sus características.
El puente de Redondela, conocido popularmente como el viaducto de Madrid entró en servicio en el año 1878 tras diversas vicisitudes relacionadas con los problemas económicos y técnicso que tuvo que aprontar la compañía concesionaria de la línea (Pedro Pintado Quitana, 2014). Fue el puente más largo de la línea y se basó en pilas de sillería con una viga metálica de tipo Howe formada por 5 tramos isostáticos. Los pilares se cimentaron parcialmente sobre terrenos blandos en su parte central correspondiente con el fin de la ría y en roca en sus extremos y tramos de acceso. Destacar que el tramo lado Ourense tiene una ligera curva para adaptar la traza a la ladera del valle del río Alvedosa.
La historia de este puente y sus condiciones de explotación fueron analizadas hace tiempo en un trabajo sobre la estación de Redondela y sus reformas.
Vista desde la fortaleza de Valença sobre el río y el
puente, se puede comparar el desarrollo urbanístico con
la situación actual. 
El puente entre Tui y Valença do Minho entró en servicio en 1886 posibilitando el primero y único enlace ferroviario internacional entre Galicia y Portugal (Pedro Pintado Quitana, 2014). Su principal característica es la viga en celosía de doble tablero que permite el tráfico ferroviario y carretero, además de sus tramos de acceso hechos en sillería y que acaban en los recintos aduaneros de cada país.
La longitud total es de 399 metros con dos tramos de acceso para la carretera de 15 metros de luz y cinco vanos de celosía sobre el río, siendo los dos extremos de 60 metros de longitud y los centrales de 66 metros (Pedro Pintado Quitana, 2014). Con el tiempo fue reforzado varias veces en los 90 y 2015 para aumentar el límite de peso y adecuarlo a las demandas del tráfico de viajeros y mercancías. Las principales modificaciones fueron el refuerzo de los apoyos entre los tramos y los pilares, la mejora de la cimentación y la eliminación de los accesos a los infernillos de los pilares.
Vista de la obra todavía sin finalizar en una fecha muy 
anterior a la de publicación de los cromos. 
Otra estampa habitual es el viaducto de Rego da Viña en la antigua línea minera de Pontenova a Ribadeo (Lugo). En este caso la foto es anterior a 1935, año en que se completó la colección, ya que la obra se encuentra en fase de remate, faltando la barandilla y los repechos de piedra. Fue la estructura más importante del ferrocarril, con excepción de la estructura de transbordo entre el ferrocarril y los barcos en Ribadeo. El puente se desarrollaba en curva con cuatro arcos de 7 metros de luz y una altura máxima de 18 metros sobre el terreno (Gómez Martínez, 2003).
El cargadero en la ría era de tipo Cantilever con un tramo metálico suspendido sobre la ría y otro más clásico sobre la ladera que permitía el acercamiento de los barcos para su carga desde los depósitos de mineral. En el álbum se muestra la estructura ya en servicio con un barco en proceso de carga en el fondeadero.
El posicionado en este tipo de cargaderos se hacía mediante las anclas del barco y/o el amarre por popa a una boya. Utilizando la maquinilla para desplazar el barco y cargar las bodegas. Sin embargo la cercanía de la costa en Ribadeo posibilitaba el amarre directo a tierra.
En esta imagen se puede apreciar el asiento aproante del mercante
por cargarse primero la bodega de proa, también se aprecia la
diferencia técnica entre los tramos metálicos. 
Entró en servicio en 1903 y tras años de buenos resultados, tras la primera guerra mundial la producción minera y por tanto el uso del ferrocarril fue muy desigual y modesto hasta su cierre definitivo en 1964 (Gómez Martínez, 2003).
Vista del cargadero de Vivero, con su boya de fondeo
y la entrada de la cinta hacia el tramo en voladizo.
Otro cargadero que no estuvo directamente relacionado al ferrocarril fue el de la mina Silvarosa en Viveiro (Lugo) [1]. También era un cantiléver sobre la ría pero el sistema de alimentación era a través de cinta transportadora y un teleférico desde la mina. En los primeros momentos de la explotación con la sociedad “The Vivero Iron Ore Limited” se planteó construir un ferrocarril pero se descartó debido a la complejidad del terreno siendo sustituido por un cable aéreo. La producción se exportaba vía marítima a Inglaterra y Alemania siendo suspendida con la Gran Guerra y la posterior crisis del mercado de mineral de hierro que también afectó a otros cotos españoles y gallegos.
En 1919 se reanudó la explotación de la mano de varios propietarios hasta que en el 51 se hizo cargo de ellas el INI para abastecer a la planta siderúrgica de ENSIDESA en Avilés. Debido a la mala calidad del mineral se abandonaron los trabajos en 1966.
Comparativa de la terminal de pasajeros del puerto de Vigo en los años 30. La foto de la izquierda corresponde con la visita del Cap Arcona en 1934 con destino Buenos Aires. La de la derecha parece una visita posterior de una escuadra alemana o inglesa. 
Las Rías Baixas también fueron retratadas en esta colección de forma extensa con sus costas, monumentos más destacables y villas del rural. A través de la fotografía urbana podemos ver varias infraestructuras desaparecidas o muy modificadas como es el caso de los dos puentes, carretero y ferroviario, sobre el río Lérez y el puerto de Pontevedra o las instalaciones portuarias de Vigo y la red de TEVCA en la ciudad. 

En este último caso se aprecia las instalaciones primitivas del muelle y terminal para pasajeros del puerto, sustituidos por el actual muelle de trasatlánticos, así como parte de la red ferroviaria de servicio del puerto que unía los muelles del Areal con el puerto pesquero y la lonja de O Berbés. 

La red tranviaria de la ciudad de Vigo aparece como elemento secundario en varias fotos de las que decidimos incluir la que posiblemente sea más representativa. Así aparece uno de los coches del servicio urbano con su característico color blanco circulando por la calle Policarpo Sanz en las inmediaciones de la Puerta del Sol y el teatro García Barbón, símbolo del vigués ecléctico y de la obra del arquitecto Antonio Palacios. 

Sin lugar a dudas esta colección es de visita obligada para comprobar no sólo la evolución ferroviaria de algunas zonas, sino también para contrastar los cambios sociales y urbanísticos en buena parte de Galicia.

Otras obras consultadas
  • Gómez Martínez, J. A. (2003). La Sociedad Minera de Villaodriz y el ferrocarril de Puente Nuevo a Ribadeo. III Congreso de Historia Ferroviaria - Gijón 2003 , 1-21.
  • Pedro Pintado Quitana, L. P. (2014). El Ferrocarril Directo de Galicia (Zamora - Ourense - A Coruña) y La Compañía MZOV. Mollet del Vallés: Lluís Prieto - Editor.


1 La denominación de esta mina es bastante engañosa al comprender distintas concesiones mineras como Rafaela, Trinidad, Jacinta o Galicia 2ª entre otras. 

Electrificaciones ferroviarias en Galicia y Asturias (IV).

Material motor
La tracción de todos los trenes en la rampa sería evidentemente eléctrica, aunque seguiría habiendo tránsitos de locomotoras de vapor mientras las líneas interiores de Asturias no fuesen completamente electrificadas. 

Este hecho tuvo que esperar a la ejecución del Plan Restringido de Electrificaciones de 1948. El Plan tenía como objetivo en el Noroeste la ampliación de la electrificación en Pajares hasta Gijón y León, mientras que en el acceso a Galicia se centró en electrificar el Ponferrada - León, como veremos en artículos posteriores. 


Primer modelo para la electrificación de Pajares. Fuente: Revista de 
Obras Públicas (2432). 
La electrificación hasta Gijón y los ramales interiores de Asturias se culminó en 1973 con la entrada en servicio del tramo entre Serín y la planta de Uninsa, distante tan sólo 4 km. Este ha sido como tal el último tramo en ser electrificado, sin embargo por aquellas fechas la mayor parte de la red asturiana llevaba años en servicio y es de suponer que los pasos entre Asturias y la Meseta se había reducido ampliamente con la inauguración de la electrificación hasta Gijón en el 55 o a partir del 56 con la entrada en servicio del tramo Tudela Veguín - Lugo de Llanera, último tramo con una longitud destacable. En concordancia incluimos una tabla con la relación de tramos y su entrada en servicio.


Relación de tramos por orden cronológico. Fuente: Olaizola Elordi: La tracción eléctrica en la España del franquismo (1936 - 1975) Págs. 84-85. 
La naturaleza de la explotación ferroviaria del tramo Ujo - Busdongo condicionaba inicialmente a no distinguirse entre la tracción de los trenes de viajeros y los de mercancías. La pendiente, radios de curva y grandes diferencias en tonelaje y velocidad entre los servicios de viajeros y de mercancías provocaría dificultades para la coordinación de las circulaciones así como en el mantenimiento del parque de forma indirecta¹.

Los condicionantes técnicos exigidos por Norte obligaban a la búsqueda de un modelo de locomotora entre las compañías fabricantes de la época con rodaje C´+ C´ ya que de esta forma todo su peso sería adherente, mejorando la adherencia y no debería exceder el peso máximo admitido por los puentes metálicos del tramo, que era de 13.5 Tm/eje. 
En base a las proyecciones de transporte durante la primera época de funcionamiento se consideró realizar la compra de 12 locomotoras eléctricas, que fue adjudicada a la compañía General Electric (GE). Debido a las limitaciones impuestas a las importaciones de material ferroviario dentro de la política proteccionista de la época se acordó construir la mitad en Estados Unidos y la otra mitad en España. La construcción se ejecutaría en las plantas de Erie de GE y de Sestao de la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN), es preciso distinguir que los componentes mecánicos de las seis locomotoras suministradas por Estados Unidos procedían de Alco mientras que en las seis españolas sería la SECN la suministradora. En la parte eléctrica de las españolas como contraposición los equipos eléctricos fueron suministrados por Westinghouse. 

Estas locomotoras trabajaron toda su vida en el Noroeste de España 
hasta que fueron retiradas en 1978. Fuente: Werner Hardmeier. 

Estas peculiaridades hicieron que por motivos técnicos el grupo de 12 fuese dividido en dos series dentro de Norte, que se mantuvieron en Renfe. Las 6 locomotoras americanas fueron numeradas de la 6000 a 6006 en Norte, mientras que las españolas comprendieron la serie 6100. La tecnología y equipos eléctricos eran en la base los mismos sin embargo algunos equipos eléctricos, mecánicos, su distribución interior y aspecto exterior eran distintos. 

Locomotoras 6000, General Electric

Esta serie tenía un peso total de 80 toneladas y por eje de 13.33 mientras que la longitud entre topes de 14.02 metros, ligeramente superior a sus compañeras de electrificación.

La tracción se basaba en la utilización de 6 motores de tracción eléctricos GE 255-B suspendidos por la nariz que atacaban a través de un engranaje de rueda dentada cada eje. Estos motores estaban aislados para 3000 voltios y se podían operar eléctricamente en serie o paralelo. Dentro de cada bogie de 3 ejes y tres motores estos se conectaban en serie, de este modo la tensión de trabajo debería ser inferior a 3000 voltios, sin embargo se aislaron a una tensión mayor para evitar los picos originados por patinajes o averías de alguno o varios de los motores del bogie. 

Los dos bogies podían operar en serie o en paralelo y este aspecto era controlado a través del regulador del maquinista, en cada combinación existían dos de puntos en marcha estable o económica y otros dos con el campo shuntado al 60 y 80%. 
El regulador estaba equipado con 14 muescas en serie y a continuación 10 en paralelo ofreciéndose en total una escala de 24 velocidades en función del campo eléctromagéntico generado. 
El campo se regulaba a través de la inserción o retirada de resistencias en el circuito de los motores. Tanto para el arranque como para el paso de la conexión en serie a serie-paralelo se van retirando paulatinamente las resistencias y por tanto aumenta la intensidad en los motores y se reducen las pérdidas de energía. 
Las dos marchas consideradas como económicas eran las correspondientes a las muescas número 14, máxima del acoplamiento en serie, y 24, máxima a su vez del acoplamiento paralelo debido a que no intercalaban resistencias en el circuito. 


Relación de velocidades, adherencia, esfuerzo de
tracción y amperios para las locomotoras de la 
serie 6000 de Norte. Cada curva de campo se 
corresponde con una de las muescas del regulador
de tracción. Las condiciones de esta modelización
se basan en el aporte de tensión constante, el 
funcionamiento óptimo de la locomotora de forma 
aislada y obviamente un estado de la vía que
aceptase este desarrollo. Como se puede observar 
la velocidad difícilmente alcanzaba los 50 km/h en
tracción.
Fuente: Revista de Obras Públicas. 
Además de los dos regímenes de trabajo en función de la conexión eléctrica de los bogies hay que considerar la situación de trabajo de los motores con o sin ventilación forzada. El uso continuado del sistema provocaba la generación de calor que calentaba los devanados del motor, disminuyéndose el rendimiento de éstos al depender la resistencia eléctrica interna de la temperatura de los citados devanados. Por esta razón se dotó a las locomotoras con un sistema de ventilación forzada controlado desde cabina, la razón es que los motores podían operar en las dos condiciones de forma consciente de los rendimientos ofrecidos con uno y otro método¹

Las locomotoras estaban equipadas con freno de vacío de la marca Clayton y con freno de estacionamiento, además incorporaban freno eléctrico.
Una de las características más destacables de estas series fue la implantación del freno eléctrico de origen.
Se basaba en la conversión de los motores eléctricos de tracción en dinamos², operando 5 de ellos como dinamos en serie y el sexto como excitatriz³ de los campos de todos los motores. 

Otras características destacables eran la ausencia del dispositivo del mando múltiple, al considerarse que las dobles tracciones serían mayoritariamente por cola del tren y la transformación de la energía para el mando y servicios auxiliares. La transformación se hacía por medio de un grupo motor-generador (GMG) que transformaba la tensión tomada de la catenaria a 3000 Voltios en 65. Con el engranaje rotativo del GMG se accionaba directamente en ventilador de refrigeración de los motores de tracción. 

Este GMG era el encargado de suministrar tensión al compresor que hacía funcionar los silbatos y areneros, también alimentaba los dos motores (tipo CP 230) que accionaban las dos bombas de vacío del freno y una batería de acumuladores en paralelo con el grupo para el control y el alumbrado. Todos estos elementos se encontraban en la cámara de baja tensión. 
Como contraste los aparatos de medida y la calefacción de las cabinas eran alimentados directamente a 3000 voltios desde el pantógrafo. 


Diferencia de épocas en la tracción asturiana. Una 7700 coincide en
Soto de Rey con una 6000. Colección César Mohedas.
Estas locomotoras fueron las primeras en ser entregadas, llegaron en barco desde Estados Unidos y fueron descargadas en el puerto de Santander. Desde allí se trasladaron a los talleres de la compañía del Norte en Valladolid y en Febrero de 1924 fueron trasladadas a la rampa para comenzar las pruebas de tracción.

Trabajaron durante años primero en el primer tramo electrificado con base en el depósito de Ujo y posteriormente en el resto de la red asturiana desde la base de Oviedo. Existe discrepancia entre diversos autores sobre si se destacaron locomotoras fuera de Asturias para trabajos en otras líneas de forma más o menos estable, como la Villafranca del Bierzo - Toral de los Vados o Bilbao, de estas opciones, la única que parece tener fundamente es la de la línea de Villafranca. Según indicó Jose Luis fernández García hace años en un número de la revista de la ASVAFER las locomotoras de esta serie se dedicaron entre 1962 y el cese del servicio de viajeros en 1972 a traccionar los trenes hasta Toral, no habiendo hecho esta serie más servicios fuera de Asturias. 

Locomotoras 6100, Westinghouse & SECN

Esta serie de locomotoras fue desarrollada por la parte nacional del contrato de compra en base a la tecnología eléctrica aportada por Westinghouse. Tenían un peso de 75 toneladas, una velocidad máxima de 60 km/h en modo de recuperación y una longitud entre topes de 14.13 metros.
Al igual que sus compañeras la tracción era asegurada por 6 motores eléctricos 350-A suspendidos por la nariz que atacaban mediante engranaje los 6 ejes con que contaban. 
Los motores de cada bogie estaban conectados en serie y se podía traccionar con los dos bogies en serie o en paralelo. La diferencia fundamental en estas locomotoras era la existencia de un tercer modo de conexión que hacía trabajar a los motores en parejas en serie y entre parejas en paralelo

Relación de velocidades, esfuerzos de tracción y
amperios por motor para los tres regímenes de
acoplamiento de los motores y bogies. 
Fuente: Revista de Obras Públicas.

Los frenos eran de vacío de la marca Clayton, de estacionamiento y eléctrico, al igual que sus compañeras, aunque en el caso del freno eléctrico los 6 motores trabajaban como dinamos siendo excitados de forma independiente por el generados del grupo GMG. Otra diferencia que se debe destacar es que en las 6000 tanto el freno de la locomotora como el del tren eran por vacío, mientras que en las 6100 el freno de la locomotora era por aire comprimido y el del tren por vacío siendo operados simultáneamente a través de la válvula situada en cabina. 

De igual manera estaban equipadas con un GMG que transformaba la tensión de la catenaria a 90 Voltios para su uso, este era mucho más amplio que en las 6000, en los sistemas de control, excitación, compresores, ventiladores, bombas de vacío, alumbrado y calefacción entre otros. 

El movimiento de los pantógrafos se basaba en utilizar muelles que al ser liberados hacían alzarse la estructura hacia el hilo de contacto, para la bajada se utilizaba aire comprimido y se sujetaban con un resorte en la posición plegada. La ventaja de este sistema era que en caso de fallo o falta de potencia de las baterías para arrancar el compresor durante el proceso de encendido de la máquina bastaba con liberar manualmente el resorte del pantógrafo para levantarlo. 
Locomotora 6106 maniobrando en Oviedo, al fondo una 7700. Fuente: 
Archivo Juan Bautista Cabrera/Museo Vasco del Ferrocarril. 
Este sistema fue origen de diversos problemas y accidentes entre el personal debido a la liberación repentina del pantógrafo y su contacto con la catenaria.

Una de las características estéticas más destacables de esta serie eran los capots situados en los extremos. El capot correspondiente a la cabina número 1 albergaba la batería de acumuladores, el compresor, una de las bombas de vacío y uno de los ventiladores de 8.5 CV del sistema de ventilación forzada de los motores de tracción. El segundo capot cobijaba el GMG, la resistencia del campo, la segunda bomba de vacío y el segundo ventilador.

Las locomotoras fueron entregadas unos meses más tarde que sus compañeras y comenzaron a hacer pruebas en la rampa en Agosto de 1924.
A diferencia de sus compañeras, algunas de ellas realizaron servicios fuera de Asturias que han sido documentados fotográficamente, estuvieron trabajando en la zona de Santander, el Quintanilla - Barruelo y Barcelona.

A modo de curiosidad, hay que comentar que el foco de gran intensidad de esta serie estaba localizado originalmente encima de cada capot, en algún momento durante su vida fueron movidos y colocados encima de la ventanilla central de cada cabina. 

La tracción en la línea no variaría de forma sustancial hasta la entrada en servicio de las locomotoras 7700 de Renfe a partir de 1952 dentro del Plan General de Electrificación. Posteriormente en torno a los 70 fueron apartadas de forma progresiva y a día de hoy se conservan varios ejemplares de estas dos series, en concreto la 6004 y las 6101 y 6102. 

Notas

¹ En el trabajo consultado (ver bibliografía) sobre los equipos internos y conceptos de funcionamiento eléctrico de las máquinas especifica un mayor rendimiento, medido a través de los caballos de vapor (CV) producidos, con ventilación forzada. Sin embargo la temperatura de trabajo indicada para este régimen es superior (120 ºC) a la alcanzada en el sistema sin ventilación. La conclusión alcanzada es que los datos se han cruzado y como indican los autores del trabajo las diferencias alcanzadas de rendimiento no son grandes debido a la buena ventilación natural. 

² Los motores eléctricos funcionan bajo la base de un rotor y un estator, el movimiento del rotor se produce debido a la generación de un campo electromagnético desde el estator. Este campo es generado a través del flujo de energía tomado desde la catenaria. De igual manera el sistema puede funcionar a la inversa, el movimiento del rotor en torno al estator genera una corriente eléctrica en el último que se devuelve a la catenaria. 

³ Una excitatriz es un aparato eléctrico que se encarga de suministrar una corriente eléctrica al rotor de un generador eléctrico síncrono, al moverse el rotor y tener esta corriente eléctrica pasando por su devanado se convierte en un electroimán que genera un campo magnético. Este campo es transformado en corriente eléctrica continua que se vierte a la catenaria.

 Tanto los areneros como los silbatos podían ser accionados de forma neumática o manual, para este último caso en la cada cabina de conducción estaba instalada una cuerda del silbato y una palanca para accionar los areneros.

 La locomotora 6001 fue trasladada temporalmente a Barcelona para efectuar pruebas con algunas compañeras de la serie 6100 en trenes de trabajos.

⁶ La velocidad máxima depende se varios parámetros, siendo uno de los más destacables el tipo de conexión de los motores de tracción. Las velocidades máxima en tracción con la combinación en serie era 11.6 km/h, en serie-paralelo era de 24.6 y en paralelo era de 38.3 km/h (ver bibliografía).

⁷ En cada combinación debía haber dos puntos de marcha estable y dos con el campo shuntado en un porcentaje variable, sin embargo no se ha encontrado especificación alguna sobre este aspecto en los trabajos consultados.


Bibliografía

  • Álvarez Fernández, Manuel; Locomotoras (14), Norte 6001/6; MAF editor, 1998.
  • Álvarez Fernández, Manuel; Locomotoras (15), Norte 6101/6; MAF editor, 1999.
  • F. Hontoria, Ricardo & García Lomas, José María; Electrificación de la rampa de Pajares (VIII); Revista de Obras Públicas, 2432, 296-306, 1925.
  • F. Hontoria, Ricardo & García Lomas, José María; Electrificación de la rampa de Pajares (IX); Revista de Obras Públicas, 2454, 277-285, 1926.
  • Fernández García, José Luis; El Ferrocarril de Toral de los Vados a Villafranca del Bierzo; ASVAFER, 48, 9-11, 1999.
  • Fernández García, José Luis; Locomotoras traicioneras; Objetivo Pajares 22-12-12. Consultada 24-12-17. http://objetivopajares.blogspot.com.es/2012/12/locomotoras-traicioneras.html
  • Olaizola Elordi, Juan José; La tracción eléctrica en la España del franquismo (1936 - 1975), Revista de Historia Ferroviaria, 13, 55-88, 2010.
  • RBA - Larousse; Diccionario de Tecnología, Biblioteca de consulta Larousse, 2003.
  • Rivera, Ángel; Las tracciones térmica y eléctrica en RENFE (IV): Las primeras "eléctricas" de Pajares (RENFE 6001 A 6006 y 6101 A 6106); Trenes y tiempos 19-07-17. Consultada 26-12-17. http://trenesytiempos.blogspot.com.es/2017/07/las-tracciones-termica-y-electrica-en.html